Intoxicación por Monóxido de Carbono:
Todo lo que debes saber
La intoxicación por monóxido de carbono es una de las causas más comunes de envenenamiento en el hogar, por lo que la prevención se convierte en la mejor arma para proteger a la familia. Lo que convierte al monóxido de carbono en un gas letal son sus características, ya que se trata de un gas incoloro, inodoro e insípido. Unas cualidades que provocan que resulte mucho más difícil reparar en su acumulación en recintos cerrados hasta alcanzar niveles que pueden comprometer la salud del usuario.
Pero, ¿cómo se produce la intoxicación por inhalación de monóxido de carbono? Cuando hay una gran concentración de este gas en el ambiente el monóxido de carbono se acumula en el torrente sanguíneo, sustituyendo al oxígeno en los glóbulos rojos y provocando daños graves en el tejido. Una ventilación inadecuada de un espacio cerrado como puede ser una vivienda en la que se encuentren termos eléctricos de agua, calentadores de gas o queroseno y estufas representa un riesgo latente para cualquier individuo que resida en ella. Por este motivo los profesionales recomiendan tener muy en cuenta la prevención, no solo ventilando los espacios, sino haciendo uso de elementos como el detector de monóxido de carbono.

Detector de Monóxido de carbono.
¿Cuáles son los síntomas de intoxicación por monóxido de carbono?
La intoxicación por monóxido de carbono se puede manifestar con una amplia variedad de síntomas entre los que se pueden destacar:
- Debilidad.
- Mareos.
- Falta de aire.
- Dolor de cabeza.
- Pérdida de conocimiento.

Sin embargo, atendiendo a la gravedad de la inhalación de monóxido de carbono podemos distinguir diferentes grados de intoxicación:
- Intoxicación leve: Por lo general produce síntomas como dolor de cabeza, náuseas, mareos, dificultad para concentrarse, vómitos, somnolencia y falta de coordinación.
- Intoxicación moderada: Ante una exposición más alta se pueden producir alteraciones del razonamiento, confusión, inconsciencia, convulsiones, dolor torácico, sensación de ahogo, hipotensión y coma. Requiere de atención médica.
- Intoxicación grave: Cabe recordar que una intoxicación grave por monóxido de carbono suele tener como resultado la muerte. Sin embargo, en caso de supervivencia, las semanas posteriores a la recuperación pueden darse síntomas tales como pérdida de memoria, falta de coordinación, trastornos del movimiento, psicosis o depresión.
La peligrosidad de las intoxicaciones por monóxido de carbono radica en que la somnolencia es uno de los principales síntomas que se manifiestan. Esto puede llevar a que una intoxicación leve inicial termine resultando en una intoxicación grave o la muerte si el individuo se queda dormido y sigue expuesto al monóxido de carbono. Además, estos síntomas iniciales también pueden confundirse con otras enfermedades como la gripe y otras infecciones víricas.

Si bien la intoxicación por inhalación de monóxido de carbono resulta peligrosa para cualquier individuo, lo cierto es que podemos destacar grupos de población con una mayor sensibilidad:
- Bebés no nacidos: Los glóbulos rojos de los fetos absorben el monóxido de carbono de forma más rápida que en los adultos.
- Niños: El ritmo respiratorio de los niños es más rápido que el de los adultos, lo que los hace más propensos a este tipo de intoxicaciones.
- Adultos mayores: En caso de personas de avanzada edad la inhalación de monóxido de carbono puede resultar con mayor probabilidad en daño cerebral.
- Personas con enfermedades crónicas: Tanto aquellas que cuentan con problemas respiratorios crónicos como las que sufren de anemia tienen una mayor probabilidad de sufrir mayores consecuencias en caso de una intoxicación por monóxido de carbono.
- Personas que pierden la consciencia o personas ebrias: La pérdida de consciencia y la merma de la atención que produce la ebriedad pueden resultar en una exposición más prolongada y, por tanto, en consecuencias más graves debido a la inhalación.
Posibles consecuencias de una intoxicación por CO.
Aunque las consecuencias de la intoxicación por inhalación de monóxido de carbono pueden variar en función del grado de exposición a este gas podemos hablar de consecuencias a nivel general como las siguientes:
- Daños cerebrales permanentes.
- Daños cardiovasculares: Desarrollo de cardiopatías que suponen un riesgo para la vida del individuo.
- Muerte fetal o aborto espontáneo.
- Muerte.

A largo plazo también pueden manifestarse daños neurológicos como dificultades para el aprendizaje, retención de datos en la memoria, trastornos sensoriales, trastornos motores y síntomas neuropsiquiátricos tardíos como efectos emocionales y de personalidad.
Es por ello que siempre recomendamos añadir aunque sea un detector de monóxido de carbono al contratar una de nuestras alarmas para vivienda.
¿Cómo eliminar el monóxido de carbono del cuerpo en casa?
Una de las principales medidas a tomar para la prevención de la acumulación de monóxido de carbono es la ventilación. La apertura de puertas y ventanas en caso de presentar síntomas compatibles con una intoxicación por CO resulta fundamental. Lo importante es permitir que se renueve el aire en la estancia, llenándose de aire fresco.
Además, también es esencial apagar estufas, hornos, calentadores o cualquier aparato de este tipo que puedan ser una fuente de dicho gas.
Por último, abandonar la vivienda durante el espacio de unas horas es la mejor opción para permitir que la renovación del aire sea satisfactoria y se elimine el riesgo.

Preguntas frecuentes.
A partir de la presencia de 600 ppm de CO en una estancia se considera que el riesgo para el individuo es mortal. Sin embargo, si lo que queremos es tener en cuenta cuál es la concentración de monóxido de carbono más letal para el ser humano podemos determinar lo siguiente: entre 1600-2000 ppm de monóxido de carbono, la probabilidad de muerte se presenta tras el espacio de una hora y entre 5000-10000 ppm de monóxido de carbono, la probabilidad de muerte se presenta tras el espacio de entre 2 y 15 minutos.
Un individuo expuesto a un ambiente contaminado con monóxido de carbono con una concentración de 600 ppm puede fallecer tras una exposición de tres horas. Sin embargo, este desenlace se puede acelerar en caso de encontrarse en un ambiente con una concentración superior a 5000 ppm.
Si se tienen los síntomas antes mencionados, lo primero que se recomienda es comprobar de manera inmediata cualquier aparato susceptible de generar dicha fuga y ante la duda acudir al hospital más cercano para que se realicen las pruebas pertinentes, entre las que se encuentran:
- Análisis de sangre. Para observar la cantidad de carboxihemoglobina en comparación con el nivel de hemoglobina.
- Electrocardiograma (ECG o EKG). Para medir la actividad eléctrica del corazón.
- Conteo sanguíneo completo (CBC). Que mide los niveles de células sanguíneas ya que puede haber leucocitosis.
- Tomografía computarizada. Para descartar otras causas que puedan simular la intoxicación por CO (monóxido de carbono).